Federico Martínez, con un doblete, le dio el necesario triunfo a los tricolores. Octavio Rivero lo había empatado de penal, vía VAR.
Nacional logró tres puntos tan necesarios como de desahogo. Puntos que, a su vez, permitieron despejar toda duda sobre la continuidad de Álvaro Gutiérrez. Sin embargo, para el equipo fue mejor el resultado que el rendimiento. Es que le alcanzó con los dos goles de Federico Martínez para superar a un frágil Racing.
Pareja primera mitad. El tricolor repitió falencias en el juego colectivo y dependió exclusivamente de la jerarquía individual de sus futbolistas. Alcanza con mencionar la jugada del gol. Destello de calidad de Diego Zabala y oportunismo al máximo de Federico Martínez. Corría el minuto 26. Pero antes y después se mostraría lento, repetido, sin profundidad y desordenado en defensa. El cervecero, en cambio, fue más preciso con el balón, con alta velocidad en ofensiva, aunque careció del puntillazo final. Pese a ello, gracias a la intervención del VAR llegó al empate, con un penal que cambió por gol Octavio Rivero.
El gol de cabeza de Federico Martínez alcanzó en el complemento. Con ese tanto, el albo se volvió a poner en ganancia y, realmente, no pasó ningún tipo de zozobras. No por su juego; al contrario: volvió a defeccionar, a mostrarse lento e impreciso.
Pero ni siquiera sintió el impacto de jugar con un hombre de menos por espacio de nueve minutos, puesto que a su frente tuvo a un rival endeble en defensa que regaló los dos goles, y que en ataque literalmente no existió.
Nacional ganó, acaso lo único que valga en el fútbol de hoy.