El 25 de octubre del año 2021, desde China se anunciaba formalmente el cierre de la planta de la empresa Lifan en Uruguay, quedando en ese momento los 60 trabajadores que estaban en seguro de paro despedidos y sin mucha idea de cuándo podrían cobrar sus liquidaciones, ya que la empresa declaró no tener fondos en Uruguay para pagar.
Había en caja 100 mil dólares que fueron distribuidos entre todos los obreros; en el reparto, algunos cobraron todo lo que le debían, pero quedó un grupo de más de 30 a quienes aún se les adeuda un importante monto.
Otra de las promesas que hizo Lifan estaba referida a otros 300 mil dólares que estaban retenidos por la Justicia en el marco de un juicio contra la empresa Effa (que trajo a Lifan al país). Ese dinero le pertenecía a la empresa china y el objetivo era habilitar la devolución para volcar ese dinero en el pago de las liquidaciones.
Pues bien, al parecer la devolución está habilitada y Lifan quiere que el dinero se vuelque al pago de los despidos, pero una traba burocrática tiene detenido el traspaso del dinero y por ello los trabajadores afectados convocaron a los medios informativos de Libertad para dar a conocer su situación y procurar que la situación se destrabe.
A la reunión que se realizó fuera de la planta, a la altura del kilómetro 38 de la ruta 1, no concurrió ninguno de los dirigentes sindicales que encabezaron el proceso que llevó al cierre. Problemas de índole personal lo impidieron, comentó José Doglio, quien junto a Flavia Rey, llevaron la voz cantante de la charla mantenida con los medios.
Según lo mencionado por José Doglio “la empresa está en condiciones de pagar, tiene que pagar, así sale del tema de los despidos, somos más de 30 familias que estamos sin trabajo, sin cobertura médica, sin nada y el documento necesario para que podamos cobrar los despidos está elaborado. Lo llevó a cabo la escribana María del Luján Gómez Segovia, que lo habilitó, lo firmó, lo selló. Está hecho desde el 30 de diciembre de 2021”.
Pero “hace cinco meses que estamos a la espera de un cambio en el texto, el documento se lo pasa la escribana a la actuaria y no se ponen de acuerdo, supuestamente está faltando algún dato. Si es ese el problema debería haber un poco más de comunicación de la escribana con la actuaria, para que salga el pago de una vez”, dijo Doglio, que luego agregó que no entiende “por qué si el documento está hecho, les lleva cinco meses para leerlo y ponerse de acuerdo en qué es lo que falta o está mal”.
Según el vocero de los ex trabajadores reunidos en la planta, “desde China vino la orden para que se utilice ese dinero para pagarnos, así que no sé qué estamos esperando”.
Agregó Doglio que entiende que “necesitan tiempo para solucionar muchas otras cosas importantes, pero cinco meses para algo tan mínimo como ver qué falta, cuando hay más de 30 familias esperando, no es posible. El sistema se tiene que mover de otra manera, por momentos es muy lento”.
Por su parte Flavia Rey dice que “uno entiende que los tiempos de ellos no son los nuestros, que no puede salir todo rápido como quisiéramos, pero ya vamos cinco meses, por un papel que en principio nos habían dicho que sólo había que cambiarle un renglón que estaba mal. Se le cambió, pero seguimos trancados por eso”.
La ex empleada de Lifan dijo que realizaron la convocatoria porque cada vez que ellos se mueven, suceden las cosas. Cuando “no tenemos información por un par de meses, nos empezamos a mover y ahí empezamos a tener alguna comunicación, comentó Flavia Rey, que luego comentó que ellos no pueden esperar “cinco meses más para que vean lo que falta”.
Consultados sobre la situación laboral de todos ellos, luego de dejar la armadora de autos, comentó Doglio que algunos realizan changas y otros “vamos tratando de recortar gastos, pero hay un momento en que no se puede recortar más”.
A su vez Flavia Rey comentó que ellos lo único que quieren es poder cobrar ese dinero que les corresponde, para que “nos pueda ayudar hasta conseguir otro trabajo”. Comentaron que con esos 300 mil dólares, quedaría saldada toda la deuda salarial de la firma, ahora en manos de Geely.
Fuente : La Semana.